jueves, 26 de febrero de 2009

De mares y tesoros

Me gusta el ruido del mar, cierro los ojos, rugen las olas, golpeteo de paletas y de tejos, voces de chicos, risas, pregones. Me gusta el olor dulzón del pochoclo acaramelado y los bronceadores. Y esa caricia tibia del sol que se desliza despacitamente en el horizonte. Y ese placer de abrigarse de la brisa que eriza la piel, me cubro de algodón pareo saboreando esa simple sensación de cuerpo ardido escalofriante. Me gusta esa enorme aridez que da la vasta arena y elegir sus distintas blanduras hasta quedarme en la mojada helada de la orilla, las plantas de los pies se hunden en suave masajito para encontrar caracoles o tesoros mínimos, los recojo para llevar a mi cuenco. Dos barcos se saludan, uno entra al puerto, otro se va. Cómo serán sus despedidas? Respiro hondo mis soles y mis sales. Y los recuerdos siempre bienvenidos.