jueves, 31 de diciembre de 2020

Balance 2020

Como si se tratara de un presagio, haber brindado por la vida un par de meses antes que la OMS haya declarado una nueva pandemia que azota a la humanidad, fue todo un símbolo. Cada día que pasaba fuimos aprendiendo a valorarla, ansiarla, cuidarla, pensar denodadamente en ella….Me resignifiqué, me armé, me puse escudo, me puse en lucha, me calcé los zapatos con clavos para poder escalar y no caer de la cornisa, fuerza, vamos, no es más que un nuevo desafío. O como me dijo Ceci al teléfono: -Es lo que nos toca vivir- Y enseguida el link que uno hace es: nuestros abuelos viviendo de niños la primera guerra y huyendo de jóvenes de la segunda…y de la otra rama, nuestra bisabuela, tras varios meses en barco, parió a mi abuelo en el viaje…Los inmigrantes están hechos de sufrimiento, paciencia, desarraigo y hambre. Pero a nosotros nos tocó esta otra historia, la de la pandemia, que se podía convertir en guerra por los alimentos, los respiradores y las camas de terapia. Si así se crearon mis miedos, los ahuyenté con valor de nieta y bisnieta de inmigrantes. Creo que en parte estaba fortalecida porque un mes antes Rodri nos arrastró a todos a un viaje tan sentido como escandaloso… nos regaló la satisfacción de haberse recibido que para un padre es como sacarse la Lotería del Amor. Pero además se sumaba a que fuimos a visitar a Delia que Dacio había convertido en tatarabuela y fue fuerte…y más fuerte fue que de golpe (no sé quién llevó a quién) pero nos encontramos Rodri, Dacio y yo en la Plaza de Martínez, en la calesita de mi niñez, en mi calesita, y no hay explicación para el paso de los días más que pasan, ni sabiduría de cómo se imprimen los bellos recuerdos en eterna cadencia…y esa contentura aún me duraba. Así que con el envión que da la felicidad de haberse sacado la sortija, alcé a Rodri, compré la embutidora, la harina, los petates para ayudarlo a andar, cruzamos puentes cual fronteras y par a par, y como pudimos (con la lengua afuera, con el latido galopando adentro) emprendimos el sueño que había comenzado como proyecto hacía 10 años atrás en un lugar que se llamaba El Último Beso. Lo nombro porque recordamos ambos el preciso momento en que lo soñamos. La diferencia es que lo haríamos este año, año de la pandemia, las restricciones, el alcohol en nuestra piel, y los barbijos tapando la boca de los deseos. Arrastrada por la corriente del río más asombroso de mi vida hecho hijo hecho Rodri…Nació Gula. Y pudimos y pudo y pude. Y llené de paréntesis lo que no pude. Total, más adelante…y sin embargo. 

Me sorprendí de cómo fui mutando de la sidra inconclusa al curso de agroecología del Inta, de la banda querida al taller de bombo para principiantes de Flor, del romanticismo de los panes recién horneados y los postres perfectos a la agitación en la gestión de los créditos bancarios para sobrevivir; enamorándome con Casita de Chacra y todas las buenas lecturas que las tardes apacibles, nubladas y llenas de pájaros me adormilaban de placer. Con mi Chino, más juntos que nunca, bailamos folclore, practicamos las partes que el maestro nos enviaba y la casa se llenó mágicamente de música a horas extrañas, encontramos las voces latinoamericanas cantadas por Isaac et Nora desde lugares tan lejanos y a la vez instalados en nuestro living por la maravilla de la tecnología que nos hizo estar cerca de todos, pegados mejilla a pantalla. 

Casi a fin de año y aunque sintiendo alguno que otro sueño expropiado por la propia realidad advertí una vez más la inmensa grandeza de los logros de un año que pareció durar mucho más que 365 días, de estar sanos, y vivos.  Para la Navidad estuvimos con el barbijo corrido por un rato para comer el consabido vitel toné cada vez más perfeccionado y no hubo baile ni abrazos con extraños. En el momento de los deseos, al brindar, no puedo pensar en otra cosa que en la vida, que esta mesa se repita, con los mismos, brindar por los hombres de ciencia que están ahora pipeta en mano microscopio en ojo, trabajando en la vacuna… sí, que se invente pronto prontamente, salud.

miércoles, 14 de octubre de 2020

La máquina de música




 La bella Keaton Music Typewriter

Como si estuviéramos en una película de ciencia ficción, que es ni más ni menos lo que sentimos todos en esta cuarentena, encontré esta máquina...me atrevo a pensar que no es casual... La máquina de música, que es como la apodé, me llegó con el deslumbramiento, la sorpresa, el asombro. Cómo usar ese aparato que al igual que mi antigua máquina de escribir tenía las teclas desvencijadas, era caprichosa, y la tinta tenue porque estaba cansada de andar? Qué pasaría si me pusiera a jugar con la máquina de música, si convirtiera el tiempo y nos reescribiera una historia distinta a la de la monotonía de estos días?

El olvido no tiene memoria

El maestro nos manda partituras para que ejercitemos  y que no nos olvidemos de los sonidos. El olvido, siempre el olvido, el de Aureliano Buendía, el que da pavor sufrirlo y que vuelve como una sombra a desesperarnos. Para seguir con el hábito de sorprenderme,  encontré estos cuchillos. No habrá habido en el Renacimiento, una epidemia de falta de memoria? Para qué si no grabar las partituras en la hoja del cuchillo? Será para ocultarlas elegantemente, entregarlas cautelosamente?  O será sencillamente un regalo de nobles, los príncipes que tenían su escudo y su himno escrito en la hoja de un cuchillo para que ninguna generación los olvidara?




sábado, 19 de septiembre de 2020

Residente - Latinoamérica (Edición Cuarentena)

 En cuarentena pero de pié...todo el mundo...




La cantamos a todo pulmón... todo el mundo desde sus casas

Gracias 

Desde la más pequeñas de las Antillas Mayores les dedico esta canción a todo el mundo.

From the smallest of the Greater Antilles, I’m dedicating this song to everybody around the world.

Músicos:
Ronroco & Coro - Gustavo Santaolalla
Coro - Kianí Medina
Batería - Thomas Pridgen
Piano - Leo Genovese
Cuatro Venezolano - Jorge Glem
Guitarra - Justin Purtill
Guitarra - Elias Meister
Percusión - Daniel Díaz
Quijá de burro & Zapato - Sinuhe Padilla
Mezcla - Roberto Almodóvar
Edición - Alejandro Pedrosa

jueves, 13 de agosto de 2020

Isaac et Nora

Maravilla encontrada en el intermundo...tanta calma nos dan estos niños francocoreanos, , calma que sana sana ... me ahuyentaron todos mis diablitos, los que se instalan cómodos con aires de cuarentena descontrolada... 


Gracias Isaac et Nora por compartir su música calmadora...

Invito a Uds. a seguir disfrutándolos en su canal de You Tube.

lunes, 13 de julio de 2020

Abrazos y Besos - Guafa Trío

Me invadió la cocina, el pecho, el cerebrito, el roble,  la vereda

las uvas

los mates

la flauta de oro

Tita

sábado, 13 de junio de 2020

Doña Clorinda

 

A Doña Clorinda Gaviola se la conoció como a la poetisa mendocina que llegaba a la puerta con su valija de versos, si si, los vendía a la modesta suma de 1 peso a lo sumo 1,75 moneda nacional… Los vendía por la calle y a domicilio, iba eligiendo público un 24 de abril de 1909 día en que se le tomara esta fotografía para ser publicada en la Caras y Caretas N° 567.

Feliz día del Escritor, del Libro, de las ideas, de las mujeres, Doña Clorinda…cuando quiera eh?

La recibiría con té o con limonada, le pediría un poema para niños y otro para desarrugar las tardes aburridas, y por supuesto uno de amor y otro de risa, uno de anís, uno de menta, uno adornado, uno apurado, uno de escuela y otro de sábado.



domingo, 31 de mayo de 2020

Tiempos de cuarentena

Escribo esto escuchando a Silvio Rodríguez en una casa calentita de clase media, acabo de hacer el mate y de cortar una porción del postre que hice ayer, receta que llevo en mi corazón, es de la tía gorda, masa de levadura con frutas arriba…En tiempos de cuarentena todos los días son para adentro y mi adentro es así de bonito y tibio, y me hago estos mimos y se me quiebran los ojos en este renglón porque no dejo de tener culpa y angustias y miedos de todos los colores y sabores…así son los momentos de crisis? 

-Ésto es lo que nos toca a nosotros- me dijo mi hermana al teléfono. Sin duda se refería tácitamente a lo que les tocó a los otros...tener abuelos inmigrantes hace que pensemos que a ellos les tocó vivir una o varias guerras….pero nunca escuché de epidemias y entonces… Se me ocurre buscar… y helos aquí, para compartir:

Influenza en 1918








Pandemia de influenza o "gripe española". Se estima que se infectaron 500 millones de personas. Murieron 50 millones entre enero de 1918 y diciembre de 1920 y 675 mil en Estados Unidos

Si consideramos que en 1918 la población mundial era de 1600 millones, quiere decir que murió un tercio de esa población! No hay consenso de cómo se originó, pero sí ayudó la guerra (el fin de ella) a expandirla. Los más afectados fueron los niños de menos de 5 años y las personas de entre 20 a 40 años sanas. 

O sea, si no te había matado la guerra seguro morías en la pandemia!  




Alexander Fleming descubriría la penicilina, todavía 10 años más tarde. Y la vacuna contra la gripe estaría disponible recién en 1945.



Esperaremos la vacuna contra el COVID-19 que ya está llegando...falta poco...

Mientras tanto hay que seguir quedándose adentro...#quedateEnCasa

martes, 12 de mayo de 2020

Botones - Mónica Lalanda

 


Deshacer la casa de tus padres es el siguiente escalón a enterrarlos, un duro trago que se hace con una mezcla de ternura, emoción y tristeza infinita.

Es rescatar recuerdos, encontrar pequeños tesoros que no recordabas o que ni siquiera sabías que existían.

Te sientes como un ladrón abriendo cajones cerrados con llave, como un intruso que husmea en intimidades ajenas.

Encuentras tu propio pasado, recuerdos de infancia, la tuya, la de tus padres, incluso la de tus abuelos, mezclados con trazas de tus propios hijos, fotos, dibujos “para la mejor abuela”, tarjetas…. Podrías pasar días, semanas, quieres terminar de organizarlo pero también quieres que nunca acabe, que continúe como metáfora de aquel primer cordón umbilical, como esa última oportunidad de sentir su olor, todavía en los armarios llenos de sus ropas.

En una de esos ratos de lágrimas y de sonrisas, encontré los botones de mi madre, un enorme regalo para la imaginación y la reflexión. He pasado dos tardes clasificándolos, mirándolos, casi mimándolos y al final dejando plasmada su existencia en esta foto como un homenaje a la mujer excepcional a muchos niveles que fue mi madre.

Pero muchos de sus atributos son comunes a una generación de mujeres, aquellas que fueron niñas de la guerra y la posguerra pasando hambre y miedo, adolescentes y jóvenes con una educación limitada (“ser médico es de hombres”), mujeres siempre a la sombra y tutela primero de padres y luego de maridos (la generación que ni siquiera podía abrir una cuenta en el banco o tener una propiedad si no era con un varón) pero excelentes economistas que eran capaces de ahorrar, de dirigir familias numerosas, fantásticas cocineras, cuidadoras dedicadas, maestras de vida.

Mujeres que individualmente no han hecho historia pero que como generación trabajaron para levantar un país en ruinas y para que sus hijos fuéramos mejores y tuviéramos más que ellas mismas. Unas luchadoras.

Los botones de mi madre me han contado muchas cosas; he encontrado el pasado familiar en formas varias y materiales diversos: cuero, nácar, metal, madera, plástico….; leo historias en botones de los años 50 que reconozco en una foto amarillenta de mi abuela, los de las trenzas infantiles, ropa de fiesta, de batas de estar en casa, los del uniforme de gala de ingeniero agrónomo de mi padre, de las camisas de los babis del colegio, botones minúsculos de ropitas de bebé, botones forrados….hay cientos de botones, algunos preciosos, otros horribles.

Resulta que en mi casa nunca se tiraba un botón, cuando una prenda se jubilaba, se guardaban los botones y se hacía trapos con la tela. Un eterno “por si acaso” y un constante “esto ha costado dinero”.

Y en estos cientos de botones leo el salto generacional e intuyo cómo hemos cambiado y quizás, lo que hemos perdido.

Lo que no sé es cuantos botones faltan, cuantos realmente fueron de utilidad, cuales se injertaron en otra prenda; la bolsa solo tiene los que nunca llegaron a ver más vida que la foto en la que ahora quedan inmortalizados. Y es que al final, la vida quizás sea solo eso, una enorme bolsa de botones.

Texto De: Mónica Lalanda (Gracias!)

Garabatos del tiempo

sábado, 9 de mayo de 2020

Mariposas

Qué manera más curiosa de recordar tiene uno...hoy vino a mi pelo una mariposa... Omar...se posó para decirme algo al oido

Hoy viene a ser como la

Cuarta vez que espero
Desde que se que no vendrás mas nunca
He vuelto a ser aquel cantor del aguacero
Que hizo casi legal su abrazo a tu cintura
Y tu apareces, en mi ventana
Suave y pequeña, con alas blancas
Yo ni te miro, para que duermas
Y no te vayas
Que maneras mas curiosas

De recordar tiene uno
Que maneras mas curiosas
Hoy recuerdo mariposas
Que ayer solo fueron humo
Mariposas, mariposas
Que emergieron de lo oscuro
Bailarinas, silenciosas
Tu tiempo es ahora una mariposa

Navecita blanca, delgada, nerviosa
Siglos atrás inundaron un segundo
Debajo del cielo, encima del mundo
Así eras tu en aquella tarde, divertida
Así eras tu de furibunda compañera
Eras como esos días en que eres la vida
Y todo lo que tocas se hace primavera
Ay mariposa!,

Silvio Rodríguez 


gRAciAs Silvio Rodriguez

viernes, 24 de abril de 2020

Cuarentena con Pablo Bernasconi





Pablo Bernasconi siempre ayuda a pensar...

El texto elegido? La frase perfecta que apuñala...

Cada imagen es...? Un pedacito vivo de nosotros mismos, la casa nido, el mundo ovillado, los relojes en desuso, el mapa que dejó de tener límites y caminos y sentido de ser.

miércoles, 22 de abril de 2020

Guafa Trío - Marta Gomez - La raiz

Y que la tarde te muerda la oreja.

Y que se enrosque el otoño fieramente en tu cintura...





jueves, 2 de abril de 2020

2 de Abril

Para Para mí todos los soldados son Hugo, Todas las caras de soldados son de mi compañero Hugo. Hoy es un héroe, sobreviviente... 

Encontré sin querer esta hermosa recopilación de fotos, que es como decir: te acordás...? mirá... sabés que....? 




Sobreviviendo es un tema de Victor Heredia,en este caso lo interpreta con la banda de rock La Beriso.


martes, 24 de marzo de 2020

24 de Marzo

Nos agarra en cuarentena este año, momento para meternos para dentro en una mirada introspectiva...socavar en lo más profundo de nuestra memoria. Pararnos de frente al espejo, pensar y pensarnos, lo que somos de verdad y de irreales.



Texto: María Cabanne
Ilustración: María Wernicke

Texto: Valeria Vegh Weis
Ilustración: Cecilia Afonso Esteves

Texto: Francisco Zicari
Ilustración: Daniel Roldán

Texto: Carolina Lesta
Ilustración: Mariano Lucano

TwitteRelatos premiados del 2012
Más en la www.abuelas.org.ar
Gracias por la palabra y la imagen prestada


domingo, 8 de marzo de 2020

La otra Mitad - Pilu Velver



Soy una de las nietas de alguna de las brujas...