domingo, 31 de mayo de 2020

Tiempos de cuarentena

Escribo esto escuchando a Silvio Rodríguez en una casa calentita de clase media, acabo de hacer el mate y de cortar una porción del postre que hice ayer, receta que llevo en mi corazón, es de la tía gorda, masa de levadura con frutas arriba…En tiempos de cuarentena todos los días son para adentro y mi adentro es así de bonito y tibio, y me hago estos mimos y se me quiebran los ojos en este renglón porque no dejo de tener culpa y angustias y miedos de todos los colores y sabores…así son los momentos de crisis? 

-Ésto es lo que nos toca a nosotros- me dijo mi hermana al teléfono. Sin duda se refería tácitamente a lo que les tocó a los otros...tener abuelos inmigrantes hace que pensemos que a ellos les tocó vivir una o varias guerras….pero nunca escuché de epidemias y entonces… Se me ocurre buscar… y helos aquí, para compartir:

Influenza en 1918








Pandemia de influenza o "gripe española". Se estima que se infectaron 500 millones de personas. Murieron 50 millones entre enero de 1918 y diciembre de 1920 y 675 mil en Estados Unidos

Si consideramos que en 1918 la población mundial era de 1600 millones, quiere decir que murió un tercio de esa población! No hay consenso de cómo se originó, pero sí ayudó la guerra (el fin de ella) a expandirla. Los más afectados fueron los niños de menos de 5 años y las personas de entre 20 a 40 años sanas. 

O sea, si no te había matado la guerra seguro morías en la pandemia!  




Alexander Fleming descubriría la penicilina, todavía 10 años más tarde. Y la vacuna contra la gripe estaría disponible recién en 1945.



Esperaremos la vacuna contra el COVID-19 que ya está llegando...falta poco...

Mientras tanto hay que seguir quedándose adentro...#quedateEnCasa

martes, 12 de mayo de 2020

Botones - Mónica Lalanda

 


Deshacer la casa de tus padres es el siguiente escalón a enterrarlos, un duro trago que se hace con una mezcla de ternura, emoción y tristeza infinita.

Es rescatar recuerdos, encontrar pequeños tesoros que no recordabas o que ni siquiera sabías que existían.

Te sientes como un ladrón abriendo cajones cerrados con llave, como un intruso que husmea en intimidades ajenas.

Encuentras tu propio pasado, recuerdos de infancia, la tuya, la de tus padres, incluso la de tus abuelos, mezclados con trazas de tus propios hijos, fotos, dibujos “para la mejor abuela”, tarjetas…. Podrías pasar días, semanas, quieres terminar de organizarlo pero también quieres que nunca acabe, que continúe como metáfora de aquel primer cordón umbilical, como esa última oportunidad de sentir su olor, todavía en los armarios llenos de sus ropas.

En una de esos ratos de lágrimas y de sonrisas, encontré los botones de mi madre, un enorme regalo para la imaginación y la reflexión. He pasado dos tardes clasificándolos, mirándolos, casi mimándolos y al final dejando plasmada su existencia en esta foto como un homenaje a la mujer excepcional a muchos niveles que fue mi madre.

Pero muchos de sus atributos son comunes a una generación de mujeres, aquellas que fueron niñas de la guerra y la posguerra pasando hambre y miedo, adolescentes y jóvenes con una educación limitada (“ser médico es de hombres”), mujeres siempre a la sombra y tutela primero de padres y luego de maridos (la generación que ni siquiera podía abrir una cuenta en el banco o tener una propiedad si no era con un varón) pero excelentes economistas que eran capaces de ahorrar, de dirigir familias numerosas, fantásticas cocineras, cuidadoras dedicadas, maestras de vida.

Mujeres que individualmente no han hecho historia pero que como generación trabajaron para levantar un país en ruinas y para que sus hijos fuéramos mejores y tuviéramos más que ellas mismas. Unas luchadoras.

Los botones de mi madre me han contado muchas cosas; he encontrado el pasado familiar en formas varias y materiales diversos: cuero, nácar, metal, madera, plástico….; leo historias en botones de los años 50 que reconozco en una foto amarillenta de mi abuela, los de las trenzas infantiles, ropa de fiesta, de batas de estar en casa, los del uniforme de gala de ingeniero agrónomo de mi padre, de las camisas de los babis del colegio, botones minúsculos de ropitas de bebé, botones forrados….hay cientos de botones, algunos preciosos, otros horribles.

Resulta que en mi casa nunca se tiraba un botón, cuando una prenda se jubilaba, se guardaban los botones y se hacía trapos con la tela. Un eterno “por si acaso” y un constante “esto ha costado dinero”.

Y en estos cientos de botones leo el salto generacional e intuyo cómo hemos cambiado y quizás, lo que hemos perdido.

Lo que no sé es cuantos botones faltan, cuantos realmente fueron de utilidad, cuales se injertaron en otra prenda; la bolsa solo tiene los que nunca llegaron a ver más vida que la foto en la que ahora quedan inmortalizados. Y es que al final, la vida quizás sea solo eso, una enorme bolsa de botones.

Texto De: Mónica Lalanda (Gracias!)

Garabatos del tiempo

sábado, 9 de mayo de 2020

Mariposas

Qué manera más curiosa de recordar tiene uno...hoy vino a mi pelo una mariposa... Omar...se posó para decirme algo al oido

Hoy viene a ser como la

Cuarta vez que espero
Desde que se que no vendrás mas nunca
He vuelto a ser aquel cantor del aguacero
Que hizo casi legal su abrazo a tu cintura
Y tu apareces, en mi ventana
Suave y pequeña, con alas blancas
Yo ni te miro, para que duermas
Y no te vayas
Que maneras mas curiosas

De recordar tiene uno
Que maneras mas curiosas
Hoy recuerdo mariposas
Que ayer solo fueron humo
Mariposas, mariposas
Que emergieron de lo oscuro
Bailarinas, silenciosas
Tu tiempo es ahora una mariposa

Navecita blanca, delgada, nerviosa
Siglos atrás inundaron un segundo
Debajo del cielo, encima del mundo
Así eras tu en aquella tarde, divertida
Así eras tu de furibunda compañera
Eras como esos días en que eres la vida
Y todo lo que tocas se hace primavera
Ay mariposa!,

Silvio Rodríguez 


gRAciAs Silvio Rodriguez