lunes, 31 de diciembre de 2018

Balance 2018

Aprendí que los caminos, cuanto más sinuosos y escabrosos son, más altos tenemos que hacer en el andar. No tan sólo para respirar pensar descansar sino para calcular cómo encarar lo que falta lo que queda lo que hay. En el detenimiento uno mira el paisaje distinto;  no es lo mismo que verlo con el vértigo del movimiento,  con la velocidad de lo inalcanzable lo infinito lo pasajero. Cuando uno para, ve nítido; siente la caricia del sol y  la modorra, y cada gota que cae sobre la piel cuando se ducha; escucha el trino al amanecer los perros a la noche los gatos a la siesta, en fin… siente. Y es eso lo que pasó, me la pasé sintiendo. Cada parada no era más que una excusa atolondrada para contar estrellas, o mirar la corriente del río. A veces, en el abismo de la sala de espera de un hospital te encontraba Omar en un recuerdo. Y en cada excusa se encerró la más terrible de las verdades: el cielo nunca es el mismo, el río…menos. Volví a la banda gracias al maestro que intuye siempre mis necesidades de andar fluir soplar…Seguramente, gracias a que paré o sea en una de mis paradas, me encontré sin querer con el Chinito, porque parangonando a Serrat, así de caprichoso es el azar. Escuché una música nueva, su música. Y me atreví a preguntarme cómo sería mi piel junto a su piel. No existen explicaciones para el amor, cómo nace, de dónde viene, por qué, así que así fue. Rodri no dejó de sorprenderme; como cada año me deja boquiabierta y éste es el de mayor apertura de boca…recuerden que estaba detenida, me había sacado los zapatos, así que descalza uno siente el paso y la huella blanda en la arena pero también el dolor del talón partido. En medio de todas las declaraciones de amor, mi madre no dejaba de dolerme. El paso lento fue más lindo de a dos, fue muchas veces paso bailado, paso abrazado, paso esperado, paso extrañado…De golpe y para despabilarnos, nos preparamos para el "gran evento gran" del año, nos excitamos y lucimos y brillamos en la inauguración del Complejo Cultural ante 400? vecinos y amigos de Cipolletti. En algún momento no preciso empezamos con las tardes de grabaciones; grabar un disco con la banda es el sueño más maravilloso que he tenido  y una oportunidad que pocos tienen, me sentí elegida suertuda envuelta en disciplina exactitud tiempo rigor, y la exigencia de acompasarnos sí o sí…pero las flautas ya veníamos enredando nuestras melodías desde hacía rato. Al son de este amor ineludible fueron madurando los frutos de nuestras huertas, y también mi hijo y sus hijos; y la Navidad nos encontró a todos juntos. Y también juntos, este fin de año y este Año Nuevo, y alzo la copa y brindo para que retroceda la muerte, porque vivir es demasiado lindo.