domingo, 3 de octubre de 2010

Cerezeando

Coquetea tanto como yo, no lo puedo creer, tengo que poner la cámara de costado para que entre, está gigante, Rodri arma la carpa debajo, no hay mejor lugar para cobijarse y mientras él juega al explorador yo juego a fotografiar la florcita más chiquitita o a espiar el jardín desde atrás del molinete o el remolinito, como le decimos en casa.

Entretanto, la vida sigue, las abuelas encontraron otro nieto más, nos llenamos de asombros y pesares en la hora del noticiero, Latinoamérica sangra como de costumbre esta vez en Ecuador. Y las chacras parecen tan ajenas a todo, estallan, cambian, tan naif es la primavera a pesar de su esencia revolucionaria…