jueves, 6 de abril de 2017

Patricia Simek


Día de la Memoria


La historia se puede escribir de muchas maneras. Decir por ejemplo, que Patricia, escultora de Monte Grande, nacida en Eslovaquia en 1925, migró a Argentina en el 1948, se dedicó a la tarea docente desde 1960 y paralelamente realizó junto a esposo, hijos, alumnos, una infinidad de monumentos. El último, ya a los 92 años, fue uno inaugurando el Espacio de la Memoria, precisamente el 24 de Marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
O decir por ejemplo, les hago un juego, quiero contarlo distinto: 
Figúrense nacer en 1925 en Eslovaquia. Por entonces ya estaba unida a la nación Checa, así que ya era Checoslovaquia. Gracias a Tomas Masaryk que trabajó incansablemente para obtener apoyo y que fuera reconocida por las potencias aliadas, obtuvo su independencia, en 1918. Obvio que también gracias al colapso del Imperio austrohúngaro  luego de la primera guerra. (en la escuela argentina se lo estudiaba como “consecuencias de la Primera Guerra Mundial”) Masaryk sigue siendo “El símbolo” de Checoslovaquia (nacido de madre checa y padre eslovaco en la frontera de ambas naciones, y casado con una estadounidense y viviendo en New York, se convierte en su primer presidente, luego reelegido en tres ocasiones…nada que envidiar al realismo mágico) Varios años más tarde y con océano mediante, Patricia le rindió homenaje a Masaryk con una de sus obras, tal vez para expresar que su patria seguía siendo donde habían sido enterrados sus padres, o  tal vez para mostrar la simpatía con sus ideas (era un gran defensor de los derechos humanos y de los judíos aún cuando el antisemitismo era moneda corriente por esos años y en esas latitudes). Érase el 38 (yo aprendí de Milán Kundera la regla nemotécnica de los hitos históricos checos, cada 10 años) cuando la Alemania nazi le puso una pata encima a Checoslovaquia y recordarán que estábamos prontos a entrar en la 2da. Guerra Mundial…Checoslovaquia tenía a la Skoda, una importante fábrica de ametralladoras, tanques y artillería. Y también tenía un ejército moderno. Y por supuesto, una resistencia que escribe la historia que tanto marcó a mi hijo Rodri cuando supo de Lidice, el pueblo que enteramente fuera destruido por los nazis, ya que absolutamente a todos sus habitantes le dieron muerte. Todos es hombres, mujeres y niños. La resistencia checa tiene que aliarse al otro vecino, el Ejército Rojo, el soviético, que le puso la otra pata encima. Checoslovaquia parece ser un país de siempre expulsados de siempre exiliados de siempre peregrinaje... 
De este panorama, nuestra Patricia, enfermera de la Cruz Roja Internacional, logró escapar, tenía 20 años. Ya en Inglaterra, se casó y con su esposo, decidieron venirse a la Argentina. Acá los recibieron, como recibieron también a mis abuelos y a miles de inmigrantes que buscaban un mundo mejor. Su Monumento al Inmigrante, surgió a partir de un momento de introspección y meditación que dio lugar a este sentir “un completo desprenderse, un incierto empezar, no hay un volver”…Seguimos el juego? Quién hubiera querido volver? Recuerdan a la Argentina de 1948? Efervescente Buenos Aires de Perón y Evita. Me muero por estar en Retiro en el fervoroso acto en el que anunciaron la compra de los ferrocarriles británicos. Era la Argentina del tango, de Fangio, de Zully Moreno. Imposible que Patricia no se hubiera enamorado de este momento. Los mejores días de una Argentina revolucionada por los derechos del niño, la ancianidad, los trabajadores, la mujer! Todo esto seguramente como semilla brotó en su corazón, que más tarde modelara el Monumento a la Mujer de la Paz,  a la Madre Embarazada, al Ángel Niño. Vendrán años más convulsionados, con internas parecidas a las de su país natal. Siempre polarizaciones. Golpes y democracias. Desde su taller se generaron las ideas de una mente luchadora. El monumento La Amistad en homenaje a tres excombatientes del distrito caídos en la Guerra de Malvinas. Otro es La Capilla Ardiente, en recordatorio a los desaparecidos del distrito durante la última dictadura. Y el broche de oro, en sus jóvenes 92 años, fue el Monumento a la Memoria. La estatua proyecta a un hombre y una mujer con las manos atadas atrás, un espacio para las placas de los fusilados y desaparecidos, y un gran obelisco, que simboliza la elevación de las personas en todos sus sentimientos.
Me emociona ver en la transparencia de su mirada, sus mares lejanos. Me maravilla ver sus manos inquietas moldeando el barro de esta tierra. Me enorgullece su presencia hecha memoria.