Pega su último grito
de esta larga agonía
que huele a mies y a frutos
y a sol en la frente de cada uno.
Los duendes otoñales se acercan
en puntitas de pie, cada mañana
susurrándole secretos al viento
van abriendo senderos
pintando tonos ocres
desparraman fragancias
de abril, de rosas
de mayo, de lavandas
de junio, de hojas secas
que ya en la tierra, hablan
y de su seno cantan
de frondosos futuros
de sangre vigorosa
de fuerza incontenible
que va creciendo, brota.
Esto lo escribí hace tiempo, en 1989 ¿!?¡?¿ lo encontré de casualidad 20 años después.