Cuando
nos conocimos supimos que la vida nos había juntado por casualidad y sin
embargo. También que íbamos a ser compinches y que le enseñaría a esquiar. Que
le cocinaría mis mejores recetas. También que le contaría mis secretos. Es lo
único que no planifiqué en mi vida: soy abuela y la decisión fue de otros. Y
aunque esta frase parezca tonta, es la primera vez que me dijeron lo que tenía
que ser. Y en mi eterna rebeldía casi claudico pero no pero también.