Día de la Memoria
La historia se puede escribir de muchas
maneras. Decir por ejemplo, que Patricia, escultora de Monte Grande, nacida en
Eslovaquia en 1925, migró a Argentina en el 1948, se dedicó a la tarea docente
desde 1960 y paralelamente realizó junto a esposo, hijos, alumnos, una
infinidad de monumentos. El último, ya a los 92 años, fue uno inaugurando el Espacio
de la Memoria, precisamente el 24 de Marzo, Día Nacional de la Memoria por la
Verdad y la Justicia.
O decir por ejemplo, les hago un juego,
quiero contarlo distinto:
Figúrense nacer en 1925 en Eslovaquia. Por entonces
ya estaba unida a la nación Checa, así que ya era Checoslovaquia. Gracias a
Tomas Masaryk que trabajó incansablemente para obtener apoyo y que fuera reconocida
por las potencias aliadas, obtuvo su independencia, en 1918. Obvio que también
gracias al colapso del Imperio austrohúngaro luego de la primera guerra. (en la
escuela argentina se lo estudiaba como “consecuencias de la Primera Guerra
Mundial”) Masaryk sigue siendo “El símbolo” de Checoslovaquia (nacido de madre
checa y padre eslovaco en la frontera de ambas naciones, y casado con una
estadounidense y viviendo en New York, se convierte en su primer presidente,
luego reelegido en tres ocasiones…nada que envidiar al realismo mágico) Varios años
más tarde y con océano mediante, Patricia le rindió homenaje a Masaryk con una
de sus obras, tal vez para expresar que su patria seguía siendo donde habían
sido enterrados sus padres, o tal vez
para mostrar la simpatía con sus ideas (era un gran defensor de los derechos
humanos y de los judíos aún cuando el antisemitismo era moneda corriente por
esos años y en esas latitudes). Érase el 38 (yo aprendí de Milán Kundera la regla nemotécnica de los hitos históricos checos, cada 10 años) cuando la Alemania nazi le puso una pata encima a Checoslovaquia y recordarán que estábamos prontos a entrar en la 2da. Guerra Mundial…Checoslovaquia
tenía a la Skoda, una importante fábrica de ametralladoras, tanques y
artillería. Y también tenía un ejército moderno. Y por supuesto, una resistencia que escribe la historia que tanto marcó a mi hijo Rodri cuando supo de
Lidice, el pueblo que enteramente fuera destruido por los nazis, ya que absolutamente
a todos sus habitantes le dieron muerte. Todos es hombres, mujeres y niños. La
resistencia checa tiene que aliarse al otro vecino, el Ejército Rojo, el soviético,
que le puso la otra pata encima. Checoslovaquia parece ser un país de siempre expulsados de
siempre exiliados de siempre peregrinaje...
De este panorama, nuestra Patricia,
enfermera de la Cruz Roja Internacional, logró escapar, tenía 20 años. Ya en
Inglaterra, se casó y con su esposo, decidieron venirse a la Argentina. Acá los
recibieron, como recibieron también a mis abuelos y a miles de inmigrantes que
buscaban un mundo mejor. Su Monumento al Inmigrante, surgió a partir de un
momento de introspección y meditación que dio lugar a este sentir “un completo
desprenderse, un incierto empezar, no hay un volver”…Seguimos el juego? Quién
hubiera querido volver? Recuerdan a la Argentina de 1948? Efervescente Buenos
Aires de Perón y Evita. Me muero por estar en Retiro en el fervoroso acto en el
que anunciaron la compra de los ferrocarriles británicos. Era la Argentina del
tango, de Fangio, de Zully Moreno. Imposible que Patricia no se hubiera
enamorado de este momento. Los mejores días de una Argentina revolucionada por
los derechos del niño, la ancianidad, los trabajadores, la mujer! Todo esto
seguramente como semilla brotó en su corazón, que más tarde modelara el
Monumento a la Mujer de la Paz, a la
Madre Embarazada, al Ángel Niño. Vendrán años más convulsionados, con internas
parecidas a las de su país natal. Siempre polarizaciones. Golpes y democracias.
Desde su taller se generaron las ideas de una mente luchadora. El monumento La
Amistad en homenaje a tres excombatientes del distrito caídos en la Guerra de
Malvinas. Otro es La Capilla Ardiente, en recordatorio a los desaparecidos del
distrito durante la última dictadura. Y el broche de oro, en sus jóvenes 92
años, fue el Monumento a la Memoria. La estatua proyecta a un hombre y una
mujer con las manos atadas atrás, un espacio para las placas de los fusilados y
desaparecidos, y un gran obelisco, que simboliza la elevación de las personas
en todos sus sentimientos.
Me emociona ver en la
transparencia de su mirada, sus mares lejanos. Me maravilla ver sus manos
inquietas moldeando el barro de esta tierra. Me enorgullece su presencia hecha
memoria.