Lo importante es no olvidarse de vivir la vida. Así terminó el balance del año pasado. Y esta frase rimbombante tiene el mérito de darle fuerza al nuevo año. Ayayay! Empieza con los sueños que taladran las razones, con las ceremonias como preludios de lo que se quiere hacer, y todo el año juntamos ganas más deseos por querer cumplir. Vivimos intensamente cada estación del año…el otoño fue tremendo, empecé a tejer una montaña de cuadraditos crochet de muchos colores que me divirtieron en un ir y venir por los paisajes de mi infancia. Y el invierno tuvo lo suyo, los cuadraditos se hicieron una manta para abrigar tempestades, se nos ocurrió llamar a los perdidos a grito pelado en medio de una esquiada, y parece que es un buen método para convocar la magia de los reencuentros. Me saca una sonrisa pensar que soy maga, me saca una sonrisa acordarme de mi hermano diciendo “viniste” cuando me daba la bienvenida, me saca otra sonrisa cuando pienso en cómo se me ocurre llamar a los amigos cuando quiero verlos, sí, fue un año de reencuentros como nunca otro. Para Rodri el año significó querer terminar de ser niño pero nunca terminar, despedirse de una niñez que no deja de habitar. - Mamá si fueras una computadora, habría un iconito que en vez de decir MiPC diría Mimamá. Ayayay se viene la etapa de la secundaria o la etapa en la que hay que usar zapatos y corbata y granitos en la cara, la etapa en la que le da vergüenza que lo acompañe, Glup, - Disfruto de tus abrazos y del rodeo de tu mano en mi cintura porque sé que ya se vannnnnnnnn, o habrá excepciones? Este año también tuvo el sabor de los nacimientos y saberme tía postiza es saber que llega otra etapa de mi vida y eso también me saca una sonrisa, saber que nos seguimos emocionando con las incorporaciones a la familia. Como siempre y de golpe, llegó la navidad, y buscando otra cosa encontré el recetario de la tía “gorda” y me brotó una sonrisa de gordita, soy feliz con poquito, un montón de garabatos en checo que decidí traducir en Internet! Hice unas galletitas para morir comiendo, pero lo que más hice fue recuperar los olores de su cocina, olor a ciruela y levadura, a clavo y jengibre, de nuevo andar los recuerdos de sus dedos arrugados haciendo masa y sus enseñanzas de recetas a ojo. Me saca otra sonrisa el recuerdo preciso de los lugares donde estaban los utensilios y el cuchillo que elegía usar. Y de paso se me vienen los delantales sucios de harina colgados atrás de la puerta. Y con la navidad viene llegando la época de la playa, allá vamos a comparar cuánto crecimos y cuánto envejecimos, nos veremos las várices nuevas y las estrías, el rollo y los pelitos, y será una vez más, lindo y pleno, los fuegos artificiales nos remontarán al más triste de los recuerdos pero es tan inevitable como deseado porque es así como estamos más juntos, en definitiva es lo que vamos a hacer, estar juntos. Brindo por la salud y la paz, la magia y los milagros, y las sonrisas.