El invierno me encanta a pesar de los mocos y de los resfríos.
Mi abuela me decía - Hace falta que haga frío, no se quejen, si no, cómo
se van a morir todos los bichos! Hace un tiempo hice esta poesía acaso
contestaria, o a cambio de otra, que la Maestra del Jardincito de Rodri les había
regalado a sus alumnos y que era una tristeza extrema. Por supuesto me quedó la
fobia de escuchar Señor Invierno, Señor Viento, Señor Frío, las
personificaciones inútiles escritas en mayúscula propias de los jardincitos...
por qué no reivindicar el invierno? con minúscula. Acá va, dedicado a los
chicos que dicen -Por fín llegó el invierno!
Para los chicos que
hacen travesuras
y navegan los charcos
con arrugas;
se mojan los zapatos,
las manos, las rodillas
y se colman de risas sus
mejillas.
Para los que corren
sombreros atrevidos,
los que se enredan con
bufandas, los amigos;
los que fabrican
espantapájaros que bailan
para pájaros insolentes
que les cantan.
Para los chicos
esquiadores
que dejan arriba sus
temores.
Para los que hacen
muñecos en la nieve
y se tiran de panza a
ver qué sienten.
Para los que desparraman
corazones
en cada vidrio empañado
y en todos los rincones,
grandiosos dibujantes
que buscan en la luna,
el límite de sus
travesuras.
Para los chicos un
poquito remolones
los que tejen en su
cama, cuentos dormilones.
los que adoran al
chocolate caliente
y asustan a las tortas
con sus dientes.
Para los guerreros que
luchan, bravíos,
contra la tos, los
mocos, los resfríos;
los vencen, los doblegan
con espadas
de jarabes que burlan las
escarchas.
Para los que cierran sus
paraguas
y se mojan sus enaguas
(uy, qué antiguo!)
Mejor así: Para los que
juegan con paraguas
y se mojan las pestañas.
En fin... para los
chicos que miran para el suelo
encontrando en cada
brote de la tierra, un sueño.
Para los que miran para
arriba
buscando
un sol o un arco iris cada día.
Patricia Marrazzo